Habló Carlos Ghosn, ex presidente de Renault y acusó a Nissan de complotar en su contra

El expresidente de Renault-Nissan habló por primera vez desde su fuga de Japón. "No me quedó otra opción más que huir", sentenció

Economía - Internacional09 de enero de 2020ColaboradorColaborador
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Mediante una conferencia de prensa, el expresidente Ejecutivo de Renault y Nissan Carlos Ghosn realizó su primera reaparición pública desde que huyó de Japón, donde se encontraba en arresto domiciliario por malversación financiera. "Soy inocente y las acusaciones no tienen ningún fundamento", declaró en la esperada rueda de prensa, en la que utilizó diapositivas que exhibieron documentos para apoyar sus dichos.

El exdirectivo, que fue detenido en Japón en noviembre de 2018 cuando salía de su jet privado y liberado bajo fianza tras haber pasado 130 días en prisión, denunció este miércoles en Beirut, la capital del Líbano, que se vulneraron sus "derechos humanos" de forma constante durante su arresto en Tokio. "He sido brutalmente separado de mi trabajo y de mi familia", afirmó, y detalló que también tenía prohibido charlar de forma directa con su esposa, Carole.

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Al respecto, el empresario, que posee tres nacionalidades (francesa, brasileña y libanesa), sostuvo que el único contacto que tuvo con su círculo íntimo durante los meses que pasó en la cárcel fue a través de cartas que le mostraban sus abogados por medio de un cristal. "No me escapé de la Justicia, sino de la injusticia y de la persecución política", aclaró, y añadió que, entonces, no tuvo "otra opción" más que huir.


"Todas las señales apuntaban que iba a ser tratado injustamente. Llegué a la conclusión de que era morir en Japón o escapar. Fue la decisión más difícil de mi vida", sentenció.

También, negó haber desviado fondos de la compañía para fines personales, así como de ocultar parte de su sueldo para eludir impuestos. Se le atribuye, entre otros delitos, haber comprado casas con fondos de la automotriz, haber contratado a su hermana sin sentido y haber pagado una fiesta en Versalles con dinero de Renault. Por medio de este entramado, el empresario se habría quedado con, presuntamente, más de u$s 77 millones. 

Ayer, la defensa del empresario arremetió contra Nissan, a quien acusó de difundir deliberadamente falsas acusaciones para impedir una mayor integración entre la empresa nipona y Renault, que amenazaba la independencia de Nissan, una de las compañías más emblemáticas de Japón. "Decir que se realizó una robusta y exhaustiva investigación interna es una perversión de la realidad", aseguró en la tarde del martes, y agregó que la misma se llevó acabo con el propósito de "derribar" a Ghosn e interrumpir su gestión en la automotriz.

La espectacular fuga del exmagnate del automovilismo de 65 años el pasado 29 de diciembre provocó un gran revuelo: no solo dejó en evidencia a los servicios de seguridad japoneses y un saldo de siete personas que están siendo investigadas en Turquía, país donde hizo escala; sino que puso en un aprieto al Gobierno libanés, que recibió una orden de extradición por parte de Interpol.

Asimismo, el escándalo pone en riesgo la continuidad de la alianza entre Nissan y Renault. Fuentes cercanas a las compañías informaron que tanto Nissan como Renault están "intranquilas" con la fuga de Ghosn.

En 1999, la automotriz francesa compró un porcentaje del fabricante japonés con base en Yokohama, que en ese entonces se encontraba al borde de la quiebra. El responsable de este movimiento fue el propio Ghosn, quien saneó la empresa nipona y la devolvió a la senda de las ganancias. 

Bajo su gestión, Renault-Nissan-Mitsubishi se convirtió en el mayor productor de vehículos eléctricos de la historia, gracias a la apuesta que realizó el exejecutivo por este tipo de movilidad.

Sin embargo, Renault y Nissan atraviesan un momento de fuerte tensión. En el último tiempo, ambas empresas tomaron caminos opuestos:
 
mientras que Renault refuerza la estrategia de Ghosn de desarrollar autos eléctricos accesibles, Nissan pretende lanzar al mercado unas pocas unidades de modelos más caros para mejorar su rentabilidad.

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Asimismo, la firma japonesa se encuentra en un proceso de reestructuración tras descubrirse que su director Ejecutivo, Hiroto Saikawa, cobró sobresueldos. Saikawa fue precisamente uno de los impulsores de la detención de Ghosn. Esto, unido a la notable caída de las ventas y la pronunciada baja de las ganancias en 2018 y 2019, derivó en la actual situación delicada de la compañía.

Renault, por su parte, vio frustrado su intento de fusión con Fiat Chrysler Automobiles (FCA) a mediados del año pasado, debido a las objeciones de Nissan y del gobierno francés, que se opusieron. A mediados de diciembre, FCA selló su fusión con la principal competidora de Renault, el grupo PSA, formado por las marcas Peugeot, Citroën, DS Automobiles, Opel y Vauxhal, y será el cuarto grupo automotriz a nivel mundial. 

Mientras tanto, la marca del rombo intenta volver a tender puentes con su aliada Nissan para no perder su posición en el mercado. De acuerdo con el presidente de la firma, Jean-Dominique Senard, "arreglar las relaciones con Nissan es hoy una cuestión de supervivencia".

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