Sancor Brinkman: La planta de quesos que es un cementerio de máquinas

El cierre de Sancor en Brinkmann preocupa a los trabajadores del pueblo cordobés que creció al compás de la planta láctea donde se producía quesos, leche y derivados. En la actualidad sólo cuenta con un puñado de empleados activos y los galpones son un cementerio de máquinas que corren riesgo de quedar inutilizadas por el paso del tiempo.

Política - Industria20 de febrero de 2018EditorEditor
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“Sobre 200 trabajadores sólo quedaron 10 empleados que están haciendo mantenimiento, cortando el pasto por ejemplo. El resto está todo desactivado”, aseguró Fernando Daniele, nuevo Secretario General de Atilra Brinkmann.

En diálogo con Diario Pulse, el dirigente lácteo explicó la crisis en una de las cuencas lechera más importante del país. “Acá se producía leche en polvo y quesos, la planta tiene una capacidad para recibir 1.200.000 litros diarios”.

“También cuenta con una quesería donde se hacia el cuartirolo, se envasaba y se trozaba. El depósito permite una capacidad de 80 mil hormas de queso duro y semi duro. Desde esta planta se exportaba a Europa. Ahora todo quedó completamente abandonado y desactivado“, destacó.

DESACTIVADA. La planta por dentro, con sus galpones vacíos.

A casi un año del cierre de la fábrica, Daniele trazó un panorama desolador. “Para el pueblo de Brinkmann, el cierre de la fábrica es un dolor muy grande. Los trabajadores están llenos de angustia y de tristeza. El pueblo ha sentido muchísimo el cierre de la planta. Nosotros desde el sindicato hemos acompañado a la gente en todos los aspectos. La situación que estamos viviendo es muy dura”.

“Las máquinas se encuentran con moho. Desde el gremio les pedimos que nos permitan ponerlas en marcha porque se está echando todo a perder -expresó preocupado- Solicitamos lavarlas y que el inversor las pueda poner nuevamente en marcha. Estamos en una de las cuencas lechera más importante del país, buscamos sostener la planta y mantenerla lo mejor posible para ver si es posible reactivarla”.

El cierre de SanCor golpea en todos los niveles de la economía familiar de Brinkmann. “Acá hay trabajadores que tienen a sus hijos estudiando en Córdoba con departamentos alquilados. Chicos con mucha capacidad estudiando y hoy se tienen que volver porque están pagando el sueldo a cuenta gota y eso no alcanza, las expensas, los alquileres…no lo pagás, tenes que dejar el departamento. Muy bravo el tema”, puntualizó Daniele.

PERSIANAS BAJAS. La fábrica llegó a tener más de 200 empleados y fue el motor de Brinkmann.

El presidente Mauricio Macri resaltó la importancia del rol de la Argentina como un gran productor de alimentos y suele repetir que para su gestión “el desafío es dejar de ser el granero del mundo para pasar a ser el supermercado del mundo”. Sin embargo, el discurso oficial choca con la realidad.

Daniele aseguró que “cada vez estamos más lejos (de convertirnos en el supermercado del mundo), acá se le ha mentido muy feo al trabajador. Le han prometido cosas que hoy no se han cumplido. Hoy la realidad es la gran decepción que tienen la gente de ver su fuente laboral irse y un futuro completamente incierto. No se vislumbra lamentablemente un horizonte donde uno pueda ser optimista”.

– Durante el abrazo simbólico del año pasado de los vecinos a la planta de SanCor, el dirigente de Atilra Juan Cortés dijo que “hubo muchos compañeros que le creyeron al Presidente”

“Sí, sí…antes lo que sucedía es que la gente estaba enojada por el impuesto a las Ganancias. Hoy estamos sin trabajo. Ese es el cambio. Se le pidió a la gente que no se enojen por aportar impuesto a las Ganancias, el trabajo lo teníamos y el sueldo se cobraba en tiempo y forma. Hubo este cambio político a nivel nacional y ahora estamos rezando, lamentablemente con pocas expectativas”, concluyó.

Fuente: Diario Pulse

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