Con la nacionalización de los hidrocarburos y la mayor captación de su renta, la gestión de Evo Morales comenzó un revolucionario proceso de mejora sostenida en la calidad de vida de la población, la erradicación de la pobreza y la industrialización del gas natural. Este último aspecto fue tal vez el elemento más disruptivo del proceso nacionalizador, al convertirse en uno de los pilares de la inédita diversificación y modernización experimentada por la economía de Bolivia, a su vez sustentada en la formación genuina de capital.
El Estado Plurinacional de Bolivia obtuvo ingresos en concepto de renta hidrocarburífera entre 2006 y junio de 2019 por 38.598 millones de dólares resultado de la comercialización de hidrocarburos y las actividades realizadas en el sector. (1) En relación al período neoliberal (1993-2005), se multiplicó por 11.
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Fuente: Oetec