¿Otro tarifazo? Planean crear el “impuesto al carnicero”

El Gobierno propone crear un impuesto a la carne. “Es mejor cobrar 2 de 3 que 0 de 10” indicaron desde el Gobierno.

Política - Comercio 06 de abril de 2018 Editor Editor

Con esa fórmula, fruto de una implacable lógica (mejor cobrar un impuesto barato para que casi todos lo paguen, y no un impuesto caro que nadie pagará), un funcionario contó cómo es la propuesta que comenzó a ser analizada en la última reunión de la Mesa de las Carnes, con la venia política del presidente Mauricio Macri

La cosas sería más o menos así, bastante parecida al modelo uruguayo. Cuando se descargue una media res en un comercio minorista, quien entrega la carne le cobrará al carnicero dentro de la factura una suma en concepto de impuestos, equivalente a un porcentaje de la facturación o a un valor fijo por kilo, aún debería definirse. Una suerte de “impuesto al carnicero”, ya que este no podría eludirlo.

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Por ejemplo, si la media res vale 100 pesos por kilo gancho, en la factura deberían figurar 110 pesos, que son los que efectivamente se le cobrarán al carnicero. Los 10 pesos de diferencia serán una suma que luego irá a parar al Fisco, para cubrir IVA e Ingresos Brutos a nombre de ese minorista. Luego se prorrateará entre rentas nacionales y provinciales, con una fórmula a definir.

Esto implica que ya no se tomará a los puntos de venta de carne como contribuyentes tradicionales, que cada mes o año hacen sus números y en función de ello depositan sus impuestos en Rentas nacionales o de la provinica, según corresponda. Hoy, como la presión fiscal es elevada, sobre todo teniendo en cuenta el peso de Ingresos Burtos, una inmensa mayoría de los carniceros no emite factura a sus clientes, menos contrata a un contador que le lleve los números, y muchas veces aparece anotada como “monotributista” cuando por los niveles de facturación deberían ser considerados “autónomos”.

“La idea sería comenzar a cobrarles los impuestos directamente en la factura de la media res. Pero para que esto funcione, ese monto debería ser más chicos que los impuestos que se le pretende cobrar hoy y que casi nadie paga, salvo los grandes supermercados “, dijo la fuente oficial. ¿Qué quiere decir? Que si este plan prospera los minoristas de la carne pasarían a pagar  bastante menos de lo que ahora evaden. De allí la fórmula del principio: mejor cobrar algo a todos que mucho a casi nadie.

Fernando Canosa, uno de los coordinadores técnicos de la Mesa de las Carnes, confirmó a Bichos de Campo que este fue uno de los temas nuevos que se pusieron sobre la mesa la semana pasada, en la sexta reunión de ese bloque de cámaras y entidades con el presidente Macri.

En materia de formalización de la cadena cárnica, contó Canora, “hay señales muy importantes. Por ejemplo en la reunión se dijo que el 80% de los faena de la Provincia de Buenos Aires ya está totalmente blanqueada y esto es un avance muy importante en el transcurso de solo un año”.

Canosa relató que “para seguir en el mismo camino (del blanqueo) llevamos una propuesta para que Ingresos Brutos también fuera también cobrado en los adelantos que hace los frigoríficos y matarifes, que formara parte del precio cuando ellos le venden a las carnicerías”. Es decir, tal como se contó, que el mayorista incorpore a su facturación un porcentaje a cuenta del pago de impuestos que debería hacer el minorista.

“Esto en un principio no había tenido mucha aceptación, pero ahora Costa (por Marcelo Costa, representante de la AFIP en la Mesa de las Carnes) dijo que le parecía viable y que iban a trabajar en esta propuesta, ya que les parecía un buen puente para después llegar a las carnicerías”, reveló Canosa. Macri dio la venia para que se hicieran los análisis correspondientes.

Hasta ahora, el talón de Aquiles del programa que el gobierno puso en marcha el 1° de marzo de 2017 pasa justamente por las carnicerías: el sistema de anticipos de impuestos antes de aprobar la faena funciona hasta que los matarifes abastecedores llegan con la media res a las carnicerías. En el último eslabón de la cadena (hay unas 60 mil comercios que venden carne solamente en Provincia de Buenos Aires) que no aceptan una facturación de sus proveedores, porque de hacerlo deberían enfrentar el pago de una serie de tributos. Por eso prefieren eludir todo compromiso.

El nuevo “impuesto al carnicero”, al figurar dentro del precio de cada operación como un porcentaje pequeño de cada facturación, debería permitir a este segmento blanquear sus actividades, con todos los beneficios que ello implica, como el acceso al crédito bancario o que no le caiga cada tanto una inspección de la AFIP o de ARBA, reclamando impuestos impagos. Es decir, en el nuevo sistema los estados aceptarían resignar parte de la recaudación potencial, pensando en una regularización amplia de operadores.

Habrá que ver cómo madura el proyecto.

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