La gestión empresarial en tiempos de "Supercrisis"

#SuperCrisis El empresario y sus decisiones en uno de aquellos momentos donde empatar es ganar.

Política - Opinión 16 de julio de 2018 Editor Editor
Tormenta-Perfecta

En este entorno de dificultades, los criterios de "rienda corta" y de "sana prudencia" deben guiar la administración de los negocios.

Para reducir las exposiciones innecesarias, insistimos en la recomendación de:

► mantener una adecuada relación entre pagos y cobranzas, así como entre ventas y stocks;

► optimizar la situación crediticia (principalmente en cuanto a las deudas en divisas) y disminuir los riesgos mediante instrumentos de cobertura, aun cuando ello implique algún tipo de gastos adicionales;

► permanecer atentos a los incesantes cambios en las listas de precios de los proveedores, actualizando sistemáticamente las estructuras de costos de los bienes y servicios ofrecidos, de modo de conservar un adecuado margen rentabilidad, y

► estar alertas en cuanto al abastecimiento de los insumos clave de la unidad productiva, a fin de poder garantizarse, al menos, 60 días de producción y/o comercialización.

Y, dependiendo de la actividad económica y las necesidades de la empresa, también puede ser recomendable:

► en el caso de productos importados: generar promociones de pre-venta de la mercadería que "está en el mar" (en viaje), para así poder cancelar las obligaciones a un tipo de cambio adecuado;

► utilizar el financiamiento de los bancos oficiales (dado que el gobierno parece despreocuparse por la gestión seria y eficiente de esas entidades), que hoy ofrecer créditos a tasas y plazos notoriamente distintos a los de mercado.

Coyuntura económica nacional

Desde su inicio, esta gestión funambulesca abundó en acciones contrapuestas entre su política fiscal y la monetaria, espiralizando el Déficit Fiscal Total (DFT, que es la sumatoria de los déficits de la Nación, las Provincias y los Municipios, más el cuasifiscal del BCRA), hasta alcanzar 11,3%, medido en términos de PIB (2).

El DFT es generado por el rojo financiero (que incluye crecientes intereses de la deuda soberana) que alcanzaría aproximadamente el 6,5% del PIB, el déficit fiscal de las jurisdicciones subnacionales, en el entorno del 0,8%, y el déficit cuasifiscal, cercano a 4 puntos del PIB, consecuencia de las exorbitantes tasas de interés ofertadas por el BCRA, sobre su stock de pasivos financieros.

 Este nivel de tasas de interés, que tiene como objetivo desincentivar la dolarización de las carteras de inversión, trae aparejada una dinámica caótica y disruptiva al conjunto de la economía.

Mientras esto acontece, se mantiene la restricción del sector externo.

Uno de sus componentes, la Balanza Comercial (BC), arrojó en los primeros cinco meses del año un déficit de U$S 4.691 millones, mientras que el saldo de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, (que además de la BC incluye la Balanza de Servicios Reales -fletes, seguros, turismo, etc.-, Utilidades y Dividendos, e Intereses), en la fotografía de hoy, alcanza un déficit de 6% del PIB.

Así, la situación de supercrisis (desbalances críticos y simultáneos en el terreno de las cuentas fiscales y externas), presenta un crescendo de significativas dificultades para su control o acotamiento.

*M.M. y Asociados

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