La historia de la mujer que hace la cuarentena en la Represa La Barrancosa

Solange López trabaja con maquinaria pesada en La Barrancosa. Contó a La Opinión Austral cómo es el día a día en el campamento. Ya lleva casi dos meses junto a sus casi 400 compañeros. "Prefiero quedarme acá".

Nacional - Provincias 23 de abril de 2020 Colaborador Colaborador
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A unos kilómetros del río Santa Cruz se encuentra el campamento de la obra hidroeléctrica de las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa. En plena pandemia, Solange López es una de los aproximadamente 400 trabajadores que trabajan actualmente en La Barrancosa.

Se trata de la única mujer que, al día de hoy, maneja maquinaria pesada. Si bien tuvo la opción de irse, Solange eligió quedarse. “Se me pasa más rápido el tiempo”, relató a La Opinión Austral.

El trabajo diario comienza a las 6 y media de la mañana, cuando los trasladan a la obra desde el campamento, y finaliza promediando las 19 horas. “Nosotros acá tenemos todas las medidas de seguridad e higiene. Por ejemplo, nos toman la temperatura a la mañana, al mediodía y a la tarde, tres veces en el día”, contó.

“En el caso de los choferes que andamos en los colectivos con gente, usamos barbijos, guantes, se desinfectan las unidades varias veces por día, hasta tres veces por lo general”, agregó, es decir cumplen con lo dispuesto por autoridades sanitarias.

Además, Solange relató que “subió nadie más, hace casi 50 días que estoy acá y desde que comenzó la pandemia no entró nadie, somos el grupo que fue quedando y los que se quisieron bajar, se bajaron”.

Para ella, estar en la represa no es un problema en absoluto. “Por mi parte prefiero estar acá porque se me pasa más rápido el día. Tengo mi horario normal, el de siempre, sigo trabajando como hasta antes de la cuarentena, entramos a las 6 y media de la mañana y salimos a las 7”.

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La vida en la obra “es normal”, sostuvo Solange. “Por ahí si necesitamos cosas, por ejemplo, de higiene personal, las traen de afuera, pero para mí es normal el trabajo, prefiero estar acá porque, por ejemplo, mi familia que está toda en Río Gallegos no pueden salir de su casa ni nada, y acá pasa volando el tiempo”, indicó.

Solange contó que, mientras mantiene su rutina normal, siente impotencia por aquellos que no cumplen la cuarentena.

“Desde mi lugar admiro a mis compañeras de maestranza, por ejemplo, sin ir más lejos mi compañera de habitación es mamá de una nena de 12 años y creo que ella la padece más porque está lejos de su hija”, contó Solange.

A la vez, continuó, “me da impotencia la gente que está afuera y no respeta el aislamiento, ya que muchas de las personas que están acá quisieran estar junto a sus familias. No te digo que yo estoy de diez porque no es así, la rutina cansa, pero sinceramente no hay nada difícil, lo complicado es tener paciencia y aguantar”, concluyó

Fuente: La Opinión Austral

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