Coronavirus: Que está haciendo Suiza por las pymes

Sobresaltan la rapidez y la eficacia. Se basa en dos pautas y una de ellas se asemeja a una de las sugerencias acercadas por Nuestra Voz a Alberto Fernández

Economía - Internacional 08 de abril de 2020 Colaborador Colaborador
maurer suiza

Un minuto le llevó a Matthias Knaur completar el formulario de una página cuando solicitó fondos de una de las líneas de liquidez que armaron el gobierno y los bancos suizos ante la pandemia de coronavirus. Treinta minutos después, el dinero estaba acreditado en la cuenta de su empresa, cuenta un artículo del diario británico The Financial Times sobre la rapidez del sistema suizo de rescate de empresas pyme, comparado con lo que está sucediendo en otros países europeos.

A la subsidiaria británica de la misma empresa de Knaur, dedicada a la producción de hardware, no le fue igual, pese a ser, con apenas 80 empleados, el segundo empleador de Ilkley, un pueblito del norte de Yorkshire: tras días de gestiones y llamadas telefónicas, le negaron el crédito.

El gobierno y los bancos suizos procedieron de otro modo con sus pymes: implementaron un paquete de asistencia de 20.000 millones de francos suizos (cotiza casi a la par con el dólar) que se activó y funcionó de inmediato. Se anunció el 25 de marzo y en diez días había desembolsado 15.000 millones a 76.034 pymes, por lo que el gobierno decidió duplicar la cifra total, a 40.000 millones, el viernes pasado.

Inglaterra lanzó su programa de asistencia pyme la semana pasada y en pocos días fue desbordado: al jueves 2, había recibido 130.000 pedidos, pero otorgado apenas 983 créditos. En Alemania el sistema bancario fue desbordado. En Francia está trabado por el papelerío. Y en Italia el Congreso le pidió al gobierno seguir el “modelo suizo”.

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Rapidez, cooperación, simplicidad

Pero, ¿en qué consiste ese modelo?

Una cuestión clave es el grado de cooperación entre los bancos y el gobierno y su decisión de actuar con la rapidez que exige la situación, reflejada en el formulario de solicitud de una página.

El “esquema suizo” tiene dos patas. La primera es una línea por la que las pymes pueden pedir un crédito inmediato por hasta el 10% de su facturación anual, con un tope de medio millón de francos/dólares. El crédito es otorgado por los bancos a tasa de interés cero, pero tiene garantía total del gobierno suizo. El único requisito es una declaración de necesidad (el esquema tiene cierta similitud con el que más de 300 empresarios y profesionales derivados del grupo de WhatsApp “Nuestra Voz” sugirieron en un documento al presidente Alberto Fernández: un fideicomiso que asuma los cheques posdatados que las pymes argentinas libraron y no pudieron cubrir a partir del 20 de marzo).

La segunda línea es de préstamos de hasta dos millones de francos suizos: el gobierno garantiza hasta el 85%, con una tasa de interés de 0,5% anual, y el banco que lo otorga se hace responsable del 15% restante a una “tasa competitiva”.

Este sistema de dos patas se acordó e instrumentó casi de un día para otro sobre la base de la red de información de bancos y clientes y no requirió ninguna infraestructura adicional. El plan surgió de Thomas Gottstein, CEO de Credit Suisse. Apenas vio la cascada de datos negativos, llamó por teléfono al ministro de Finanzas suizo, Ueli Maurer, y se formó una “task force" de la que participaron Mark Branson, titular de Finma, el regulador bancario, y algunos ejecutivos bancarios más. En total, 121 bancos ya participan del esquema. UBS, el más grande banco suizo, es también el principal prestamista pyme del país y recibió 10.000 pedidos en los dos primeros días, que atendió con un grupo especial de 300 empleados y 100 robots para escanear y procesar, mediante algoritmos, rápidamente los pedidos.
 
 
Los bancos actuaron en su propio interés: impedir una crisis de liquidez y, por cierto, el gobierno asumió un gran volumen de riesgo. La alternativa era aún menos atractiva: una catarata de quiebras.

“Las pymes son el frente de la crisis”, justifica Hans Gersbach, profesor de Macroeconomía de ETH, un centro de investigación económica con sede en Zurich. “Si no pueden sobrevivir y mantenerse como para volver a invertir en el futuro, el otro lado de la crisis de salud será la economía”.
 

Fuente: Infobae