La cerealera Díaz & Forti entró en concurso

La pequeña firma que explota las instalaciones de Vicentin ya había sido suspendida por el BCRA por no liquidar sus exportaciones.

Economía - Empresas12 de febrero de 2021ColaboradorColaborador
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Los medios locales de Rosario lo calificaron como "un nuevo temblor en el mercado de granos en general y en el ámbito de la exportación de cereales y oleaginosas en particular" (encabezado de elciudadanoweb.com).

La noticia es que la cerealera Díaz & Forti, que de pequeña empresa agroexportadora pegó el salto en 2021 a los primeros lugares del ranking sectorial al pasar a operar "a fason" las plantas de Vicentin, presentó pedido de convocatoria de acreedores ante los tribunales de aquella ciudad santafesina. En la evaluación de los medios especializados, "sin el aporte de Díaz & Forti, el futuro de Vicentin entra en una nebulosa". 

El antecedente inmediato es que Díaz & Forti, del grupo Olio, fue inhibida por el Banco Central a principios de diciembre pasado para operar en el mercado de cambios a partir de "graves incumplimientos" en su liquidación de exportaciones. De inmediato, y como consecuencia inevitable de tal sanción, su matrícula en el Registro de Operadores del mercado de granos fue suspendida por el Ministerio de Agricultura. 

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En los hechos, Díaz & Forti "sustituyó" a Vicentin en la operatoria de comercio exterior, utilizando sus plantas, sus puertos pero también su red de proveedores de granos y de clientes en el exterior. Lo curioso es que alcanzó semejante magnitud de negocios siendo una pequeña firma y sin capital propio para afrontarlos. Para cualquiera, resultaba un simple testaferro de Vicentin, que se estaba llevando los resultados de tan atractivas operaciones fuera del concurso de está última y lejos del alcance de sus acreedores. Para cualquiera menos para el juez del concurso, que habilitó la operatoria a cambio de un contrato de utilización "a fason" de las instalaciones por 5 millones de dólares mensuales.  

Díaz & Forti había sido descripta en una investigación que el Banco Nación encargó a Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti sobre la crisis de Vicentin como "una comercializadora con un volumen de negocio acotado y que prácticamente no cuenta con activos físicos. (...) La crisis de Vicentin le permitió realizar contratos de fazón con la empresa para procesar soja y utilizar sus instalaciones portuarias para exportar granos. Los primeros contratos se firmaron para la planta de soja de San Lorenzo, con vigencia desde mayo hasta fin de 2020". El resultado fue notable. Con un volumen de exportaciones en 2019 de no más de u$s 4 millones, entre mayo y octubre de 2020 "acumuló operaciones por 630 millones".

D&F había firmado una segunda tanda de contratos con cifras más ambiciosas de uso de las instalaciones de Vicentin en San Lorenzo y y Ricardone para 2021 y 2022, pero "el olvido" de liquidar las divisas cobradas le interpuso al BCRA en su camino. La jugada que ahora intenta Díaz & Forti, especula el medio especializado Agrofy News, es que el juez civil y comercial de Rosario pida el levantamiento de las sanciones. 

En Reconquista y Avellaneda, las ciudades donde se asientan las familias dueñas de Vicentin, no se sorprendieron con la noticia, pero hubo urgentes reuniones para seguir de cerca los próximos pasos de un incidente judicial que no le es para nada ajeno.

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