
La T se adueño de la UIA y la UIPBA: Puso todos los alfiles a controlar los industriales
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FIEL publicó su Índice de Producción Industrial (IPI) de abril, que mostró una suba interanual extraordinaria. Los números dan cuenta de la velocidad del rebote, y también desmiente, tal como explicó Desarrollo Productivo, las cifras de CAME sobre los niveles industriales
Política - Industria27 de mayo de 2021La industria viene protagonizando una recuperación a alta velocidad, luego del impacto extraordinario que había generado la primera ola de Covid-19 sobre la producción sectorial. A un año del piso histórico alcanzado durante lo peor de la pandemia, la mejora fue de 60,7% en abril. Incluso al comparar contra los niveles del mismo mes del 2019, la mejora es de 14,2%. Como la fase de caída con pérdida de empleo había empezado mucho antes para el sector, en 2017, todavía queda mucho para recuperar.
Los datos fueron publicados por FIEL, a través de su Índice de Producción Industrial (IPI). El número interanual es similar a la mejora de 59,6% que midió el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) a través de su IPI-Cammesa, que repondera los datos de consumo eléctrico por parte de las fábricas, como indicador de sus niveles de actividad. En abril, por la segunda ola de contagios, la recuperación entró en una pausa, con bajas mucho más moderadas que la de la primera ola.
Desde FIEL afirmaron: “La producción industrial de abril mostró un salto de 60,7% en la comparación con respecto al mismo mes de 2020, mes en el que la aplicación de las medidas de aislamiento social alcanzaba su mayor impacto sobre la industria. Respecto a aquel abril, varias actividades han mostrado saltos de hasta tres dígitos en los registros de producción, tal el caso de la siderurgia o los minerales no metálicos. En el caso de la producción de alimentos, los extraordinarios precios internacionales impulsan un marcado avance en la producción de aceites”.
Y agregaron: “Respecto a marzo, varias actividades, con la excepción de la metalmecánica, los alimentos y bebidas y los químicos y plásticos, sufrieron caídas. En el mes, el avance de la pandemia determinó aumentos del ausentismo en las plantas industriales, a lo que se sumó la realización de paradas no anticipadas por faltantes de piezas, el freno en la producción por la adecuación de líneas de producción y el recorte en la provisión de gas producto de los bloqueos en la zona de Vaca Muerta, más el recorte en el suministro de oxígeno industrial”.
La etapa recesiva de la industria lleva 31 meses de duración y viene siendo la más larga desde 1994. Además fue también la más profunda, ya que implicó una caída de 24% entre su inicio y el punto más bajo. En el medio hubo una pandemia. Superó, así, en todo sentido, a la del 2002. Esos datos fueron publicados, justamente, por el CEP XXI, a partir de la estadística de tendencia ciclo que publica el Indec.
Para identificar una fase recesiva, el indicador publicado por CEP XXI espera a que se acumulen seis meses consecutivos de bajas en la tendencia ciclo. Cuando se dan seis meses seguidos de alza, lo toma como fin de la fase recesiva e inicio de la expansiva.
Quedan solo dos sectores operando todavía por debajo de los niveles previos a marzo del 2020, cuando se dio el primer caso de Covid-19. Se trata, por un lado, del sector de la refinación petrolera, que fue de los más impactados por la pandemia, ya que la baja en la movilidad derrumbó a la demanda a nivel global, con una recuperación que a hoy todavía es parcial. Por el otro, de la industria textil, que en las últimas crisis tendió a afectarse más que el nivel general sectorial.
Sin embargo, todos los sectores operan bien por debajo de los niveles previos al inicio de la caída, en 2017; lo que el CEP XXI menciona como la crisis prepandémica.
El informe destacó: “Como es bien sabido, la pandemia del COVID-19 ha generado consecuencias muy severas en la economía global. Si bien en la mayoría de los países el nivel de actividad económica se ha recuperado respecto del piso observado en el segundo trimestre de 2020, en muchos de ellos no ha retornado aún a los niveles prepandemia”.
Y agregó: “En Argentina, la economía en general y la industria en particular experimentaron bajas récord en el segundo trimestre del año pasado; tal baja se dio sobre una economía (y una industria) que ya venía de dos años consecutivos de recesión. En la industria, todas las ramas se vieron afectadas por el COVID-19; la intensidad del impacto en cada una se vinculó mayormente a su relación con la producción esencial, que determinó cuán normalmente pudieron continuar con su actividad”.
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