La tasa de interés le pone un techo a la devaluación diaria

El BCRA sigue acelerando la tasa de depreciación diaria. La dinámica del 2021 generó un atraso que, aunque no afectó a la competitividad, sí generó un tope: ya no se podrá repetir en 2022 una velocidad tan lenta. En las últimas dos jornadas el salto fue de 10 centavos, lo que implica una devaluación mensualizada de 3%. La tasa de interés en 3,3% mensual le pone un techo al ritmo del dólar ya que, si la tasa quedara atrasada se generaría un incentivo a retrasar la liquidación de exportaciones y atrasar importaciones. A la vez, aumentar la tasa tendría efectos negativos en el balance del BCRA y podría generar una espiralización.

Todo depende del recorte que se haga: en los últimos 20 días, la devaluación fue de 2% mensual, casi el doble de lo que ocurrió en la última parte del año pasado. Si se toman los últimos 5 días, en cambio, el ritmo fue de 2,6%, algo más rápido pero todavía por debajo de la tasa de interés de referencia, que se ubica en 3,3%, con una nominal anual de 40%. La aceleración de la suba en el precio del dólar, además de tener algún impacto inflacionario al aflojar parcialmente un ancla fundamental, obliga a la autoridad monetaria a volver a tocar la tasa si pretende seguir acelerando el crawling peg y a la vez evitar una baja en la liquidación de exportaciones y un alza en el adelanto de importaciones.
El economista de la consultora Empiria, Juan Ignacio Paolicchi, señaló: “¿Arranca la corrección del tipo de cambio oficial? En las últimas dos jornadas subió más de 10 centavos, lo que implica 3% mensualizado. Riesgos: que la tasa la corra de atrás, incentivando a que se demore la liquidación de dólares y se adelanten importaciones. Es decir, repetir la historia de 2013 y 2014”.
Al fenómeno lo explicó en un informe reciente al consultora PxQ: “Se puede suponer que el BCRA buscará una tasa de variación del tipo de cambio cercana pero inferior a la inflación mensual con el objetivo de que la apreciación real no sea tan profunda como en 2021. Si en ese contexto el crawling-peg queda por encima de la tasa de interés de referencia esto podría ser un incentivo para los exportadores a financiarse en pesos y demorar la venta de dólares, por un lado, y para los importadores y deudores en dólares para cancelar compromisos en moneda dura apalancados en moneda local”.
Para Federico Furiase, de Anker Latinoamérica, la tasa ya debería estar volviendo a corregir: “Para sostener un crawling al 3% mensual, la tasa debería subir otro escalón. Sobre todo con este nivel crítico de inercia inflacionaria, brecha y reservas. No está fácil mejorar el tipo de cambio oficial real partiendo de esta inercia y con esta distorsión de precios relativos”.
En la otra vereda, una suba de la tasa, como reacción a la aceleración inflacionaria y a la del crawling peg, podría implicar entrar en una dinámica de espiralización como la que se venía observando a fines del 2020 y principios del 2021, momento exacto en el que el BCRA decidió apretar el freno, aflojándole a ambas variables: dejó quieta la tasa un año entero y llevó el crawling peg al 1% mensual.
Además, una mayor suba de la tasa impactaría en los pagos a los bancos por los pasivos remunerados. El 2021 terminó con una emisión monetaria de $1,3 billones por ese concepto. La consultora LCG estimó que, ya con la suba de tasas reciente, y siempre a pesos del 2021, la factura anual treparía al menos otros $225 millones, equivalente a 0,5% del PBI, lo que llevaría a la emisión monetaria por pagos a bancos a los $1,6 billones (el número de 2022 treparía muy por encima, ya que habría que agregarle la inflación).
Fuente: BAE Negocios