Desafío: el gobierno que venga deberá coordinar y mucho los precios y salarios para poder bajar la inflación

Así lo aseguró Matías Kulfas en las primeras Jornadas financieras y monetarias Heterodoxas. Para bajar la inflación, destacó la necesidad de apostar a un pacto social con control de precios regulados.

Economía 06 de junio de 2019 Colaborador Colaborador
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Matías Kulfas economista del equipo de Alberto Fernandez Jornadas de Agenda Argentina junto a Delfina Rossi y Leo Bilanski

Las Primeras Jornadas Financieras y Monetarias Heterodoxas comenzaron ayer en el Centro Cultural de la Cooperación con cuatro horas de exposiciones que cuestionaron las políticas aplicadas en los últimos años y la divergencia entre los objetivos buscados y los resultados obtenidos. Entre ellas, se destacó la del economista Matías Kulfas, uno de los asesores económicos del precandidato presidencial Alberto Fernández, en la que apuntó en particular contra el ex banquero central Federico Sturzenegger, pero también criticó la política económica del kirchnerismo: "Lo que más falencias tuvo en el período 2003-2015 fue la política industrial", aseguró.

La Fundación Friedrich Ebert y la Universidad de General Sarmiento fueron las organizadoras, junto con el Departamento de Economía Política del CCC.

 Como parte de un panel del que participaron Mariano Beltrami (ITE), Florencia Medici (UNM), Genaro Grasso (CCC) y Marcelo Bruchanski (CIS/IDES-CCC), Kulfas tuvo las palabras de cierre y retomó algunas de las conclusiones más relevantes de sus colegas.

Por ejemplo, respecto de la exposición de Beltrami, el economista destacó que "el tipo de cambio no se sostiene". En efecto, el estudio presentado por el investigador del Instituto de Economía y Trabajo muestra que con las condiciones de financiamiento externo previstas para los próximos años (fuertes pagos de vencimientos al FMI y falta de acceso a los mercados voluntarios de deuda) y con la economía virtualmente estancada (creciendo al 0,1% anual), el tipo de cambio no alcanza para equilibrar el déficit de cuenta corriente. En otras palabras, dada las finanzas que se esperan, una nueva devaluación es inminente. Y un nuevo salto inflacionario también.

"Dado que no se podrá atrasar el tipo de cambio, para bajar la inflación el próximo gobierno deberá apoyarse y mucho en la coordinación de precios y salarios en un ámbito institucionalizado", sostuvo Beltrami apuntándole por un lado a volver a un control de las tarifas y a la participación de los grandes formadores de precios y sindicatos en una mesa de debate.

Kulfas coincidió y propuso bajar la inflación con un pacto social de salarios y precios. Recordó que la misma Cristina Kirchner lo propuso y agregó "El desafío es darle contenido a ese Pacto para ir bajando los precios con un fuerte rol estatal". Además, apuntó a que es nodal discutir el financiamiento del desarrollo de la economía nacional y remarcó que fue un grave error de Sturzenegger reducir el crédito productivo.

No fue la única crítica al ex banquero central. La economista Florencia Medici expuso un trabajo en el que mostró que el esquema de Metas de Inflación que impulsó el gobierno de Macri en el comienzo de su gestión se apoyó en consideraciones que los resultados demostraron que era falsas: que los precios ya estaba alineados al precio del dólar paralelo y que la devaluación no sería inflacionaria y que los shocks de oferta -como ser la suba de los costos de producción por incrementos de tarifas- no tienen un efecto más que aleatorio sobre los precios. De hecho, el paper mostró que no hay evidencia científica para suponer que la inflación bajaría por efecto de la suba de la tasa de interés.

El trabajo presentado sugirió que los esquemas de Metas de Inflación funcionaron solamente en países que ya tenían baja inflación y que, en ese sentido, no tenían a la puja distributiva metida dentro de la inercia inflacionaria. Y en este sentido, Kulfas recordó que Macri mismo subestimó este problema durante la campaña la dificultad de bajar la inflación.

 

Entre el arsenal ortodoxo, Grasso y Bruchanski abordaron las ventajas y desventajas de una devaluación discriminada entre "comercial" y "financiera" y remarcaron que cuando sube el dólar para las transacciones financieras, la demanda de dólares se acelera sin correlato de la oferta, contrario a lo que sucede por el lado comercial, que genera mayor ingreso de dólares. En ese sentido, los autores no recomendaron ni una devaluación con aplicación de retenciones, ni volver a un cepo al estilo del impuesto en 2012; pero sí la conveniencia de una agenda política que contemple deshacer la desregulación financiera de la administración de Mauricio Macri.

A este respecto, el hombre de confianza de Alberto Fernández señaló que "No es que la administración de Mauricio Macri revirtió la situación a diciembre de 2011, sino que quitó casi que religiosamente mecanismos de controles básicos de la cuenta de capitales que no son incompatibles con la economía de mercado", como ser la liberalización de los tiempos para la liquidación de las exportaciones, entre otras cuestiones que calificó de "un disparate".

Finalmente, Kulfas se preguntó cómo hacer para que la economía genere dólares y destacó un trabajo suyo con su equipo de la Universidad de San Martín en el que evaluaron la gestión económica 2003-2015 y llegaron a la conclusión de que "Lo que falló en 2003-2015 fue la política industrial".

Con la intención de poner "la economía productiva nuevamente en marcha", Kulfas reconoció que habrá que renegociar con el FMI una política macroeconómica consistente que permita crecer, pero sabe que habrá condiciones y que estas serán recesivas porque son "las de siempre, aunque se ha probado que no funcionan". Pero, además será relevante dar créditos para que la economía vuelva a crecer privilegiando la asignación del financiamiento a las industrias que genere dólares frescos. Y para eso se refirió a la banca de inversión de Brasil y de Costa Rica, como ejemplos exitosos de promoción industrial.

En este sentido, detalló que "importar las partes para ponerle acá un tornillo y venderlo terminado no es una política industrial de sustitución de importaciones" y enfatizó en que lo que es necesario importar no son insumos sino capital con el que hacer y ensamblar los insumos. En ese sentido fue taxativo: "El régimen de Tierra del Fuego puede ser una política de empleo, una política territorial, pero como política industrial no funcionó", aseguró. 

Fuente: La Política Online

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