María Apólito: "Nos parece justo y solidario que las empresas grandes reciban menos beneficios sin estar fuera del régimen"

La subsecretaria de Economía del Conocimiento explicó las razones de los cambios de la nueva ley y anticipó como viene la reglamentación

Nacional - Gobierno11 de octubre de 2020EditorEditor
María Apólito
María Apólito

Para María Apólito, la subsecretaria de Economía del Conocimiento del Ministerio de Desarrollo Productivo, la aprobación de la ley promoverá a diversos sectores que permitirán impulsar el modelo productivo del Gobierno.

senado congresoEconomía del Conocimiento tiene ley: Cómo fue tratada en el Congreso

Con experiencia en la articulación entre el sector público y privado, la funcionaria anticipó que volverá a convocar a los distintos actores para definir la reglamentación de la ley, avizoró qué segmentos podrían tener gran desarrollo y destacó el perfil peronista de la gestión que encara y que se vio reflejada ahora con la sanción de la nueva norma como evolución de la aprobada en 2004 en tiempos en que gobernaba Néstor Kircher. 

¿Está satisfecha con la aprobación de la ley?
 

-Siempre estuvimos impulsando este modelo productivo. Es un sector que la gestión peronista ha venido apoyando desde 2004 con la ley de software no sólo con esta ley, sino también con la de biotecnología, el apoyo a la industria audiovisual, a la satelital, áreas que históricamente fueron relevantes para las distintas gestiones del peronismo. Es una ley clave porque impacta directamente en el modelo productivo y en la diversificación de la matriz productiva del país. Estamos conformes con la sanción. Cada uno de los pasos que transitó tuvieron como resultado aportes y mejoras, el espíritu de la ley no se modificó, los beneficios generales no se modificaron.

Sí entendemos que es virtuoso pensar que en un contexto como el de la pandemia en donde el Estado tiene tantas exigencias que cubrir, nos parece justo y solidario pensar en una contribución mayor de las grandes empresas al fondo y que reciban un poco menos de beneficios sin que por ello estén fuera del régimen. Es oportuno desde el punto de vista del concepto que se está viviendo en la Argentina y en el mundo que se les exija un poco más a los que mejor les ha ido.

¿Cómo se encara la reglamentación, cuándo estima que va a estar definida?

-Como es un proyecto impulsado desde el Poder Ejecutivo, desde febrero comenzamos a trabajar en la reglamentación junto con el sector productivo, no sólo con el del software que es el que uno directamente relaciona con la ley, sino también con las cámaras de Aeronáutica (CArAE), de minería (CAEM), de biotecnología (CAB), de electrónica (CADIEEL), razón por la que este proceso de reglamentación está avanzado y bastante consensuado. Por supuesto que, ahora, vamos a necesitar unos días, unas semanas para ajustarla a los últimos cambios introducidos. No vamos a dejar de llamar a los sectores para escucharlos en caso de que haya alguna cuestión específica que puedan aportar. Queremos que el régimen esté antes de fin de año.

¿La promoción de las empresas de software que ya venían con el régimen será automática?

-La reglamentación simplifica el pasaje de la ley de software tal como va a estar sancionada. Habíamos puesto al principio un plazo de una inscripción transitoria, 30 de junio y luego 30 de septiembre. Ahora lo que se ha hecho es que, siempre que se cumpla con los requisitos y que no estén observados esos informes y no tengan ninguna cuestión pendiente con el Estado, automáticamente tendrán una inscripción más directa siempre que hayan pedido la adhesión antes del 31 de diciembre de 2019.

 Ya hay 470 empresas que hicieron este pedido formal antes de la fecha para adherir a la nueva ley. Entendemos que simplificó el cambio y van a percibir de manera retroactivo al 1° de enero los beneficios de la promoción.

Una de las críticas a la ley tiene que ver con el bono de crédito fiscal para los exportadores, ¿cómo van a resolver que las exportadoras tengan ese beneficio?

-Ni la ley de software original ni la de economía del conocimiento aprobada en 2019 planteaban un bono de crédito fiscal transferible. En el proyecto entendimos que podíamos ver que ese bono fuese transferible por única vez, planteamos la posibilidad. El Senado, considerando que podía dar lugar a maniobras que desembocasen en una auditoría, planteó la intransferibilidad con la excepción de que las exportadoras podrán usar la proporción de las ventas externas que declaren para reducir aún más ganancias.

Si una grande reduce ganancias al 20% pero exporta el 50% de su facturación va a poder hacer que el ahorro del 70% que se le iba a convertir en un bono podrá tomarlo para seguir reduciendo ganancias, y ese 20% podrá crecer al 40% o más. Y luego tendrá un bono para descuento. El propio texto de la ley plantea que una empresa que exporta podrá aplicar ese porcentaje informado de manera excepcional a impuestos a las ganancias.

¿Volverán a convocar a los distintos actores involucrados en la ley para avanzar con la nueva reglamentación, teniendo en cuenta los cambios que se introdujeron?

-Estamos convocando nuevamente, al igual que en la primera versión del proyecto, y a todas las cámaras. Hoy ya invitamos a todas las cámaras a que nos vuelvan a hacer un punteo de aquellas cuestiones que no les resulten claras de la ley o que requieran explicación adicional y vamos a tener conversaciones a partir de la semana que viene para acercar las posiciones. Lo del bono está explicado en la ley: una parte para descontar ganancias porque es importante, hemos hecho simulaciones con número y hay empresas que estarían pagando 0 de ganancias. Y como contrapartida, al declarar más ganancia será porque está exportando mucho más, pero si exporta más y la ganancia queda fija una proporción del bono se va convirtiendo en inutilizable.

¿Cómo se va a definir el tema de las empresas que no tengan antigüedad para adherir al régimen? ¿No se corre el riesgo de la discrecionalidad?

-Hay dos criterios. Por el 70% de facturación en los casos de las empresas que demuestren actividades promovidas. El problema es que muchas actividades son nuevas y no tenemos un claro identificatorio en AFIP.

Las que tengan CLAE (Clasificador de Actividades Económicas) con la economía del conocimiento  deberán validar el 70% de la actividad promovida, pero aquellas empresas que utilizan en sus procesos productivos nanotecnología, industria 4.0, biotecnología, donde no hay CLAE de AFIP, tendrán que demostrarlo con inversiones en equipamiento, con el tipo de personal que tiene la empresa, con la demostración de cómo incorporaron biotecnología en su proceso productivo, y para ello se acudirá al asesoramiento de organismos expertos, como el Conicet, el INTI, y otros de la misma envergadura para que estas empresas usan esas tecnologías.

Luego les damos la posibilidad a las empresas nuevas. Por ejemplo start up tecnológicas que van a poder inscribirse. Al no tener facturación uno de los beneficios no lo van a poder percibir por eso les damos un tiempo de cuatro años para que estén en el régimen y luego puedan demostrar alguna actividad promovida y esas cosas.

¿El beneficio para start up aplicará aún cuando tienen alto nivel de riesgo o de fracaso?

-Va a tener beneficio mínimo y marginal respecto de los que les da la ley. Les damos la posibilidad de que ingrese porque tenemos el FONPEC (Fondo Fiduciario para la Promoción de la Economía del Conocimiento) donde parte de las actividades de financiamiento que vamos a poder realizar desde ahí tiene que ver con apoyar las start ups de la economía del conocimiento. Las mantenemos en el registro cuatro años para que puedan ponerse a tono con los requisitos y exigencias de la ley. Al cuarto año van a tener que demostrarlo o si facturan, lo que suceda primero.

¿Será posible definir nuevas actividades de economía del conocimiento que hoy no están previstas?

-Los vamos a definir en la reglamentación. La economía del conocimiento es muy dinámica. Va más rápido que lo que pueda hacer el Estado y las estructuras públicas. Los vamos a definir pero también quedará abierto el camino. Porque por ejemplo big data no está en el CLAE pero trataremos de ir revisando si incorporamos distintas actividades a medida que se nos presentan las empresas con determinada complejidad.

En la ley se incluyen beneficios para quienes definan acciones con perspectiva de género y se orienten a actividades como las ingenierías pero la matrícula de mujeres crece muy lentamente en las carreras técnicas, ¿tienen previsto encarar algún plan para favorecer esta parte de la promoción?

-El tema de la perspectiva de género y el alcance federal fue uno de los cambios impulsados desde el Ejecutivo. Creemos que puede ayudar a cerrar brechas de género y de oportunidades. Software, servicios profesionales, videojuegos tienen demanda insatisfecha y pueden ser cubiertas por capacidades específicas, no formales y de largo plazo. Hay un tema estructural no sólo de mujeres sino de personas que estudian las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por su sigla en inglés) en la cantidad que se necesita.

Apostamos a un incentivo adicional para cuando se contraten mujeres, no importe el nivel educativo, y cuando contraten personas que vienen de estas carreras. Y estamos previendo, además, tomar la inversión en capacitación como el doble cuando la empresa defina capacitación de acuerdo con alguna institución educativa para grupos vulnerables. Cerramos así las dos brechas e igualamos oportunidades para que el mercado laboral sea accesible a grupos que hoy están afuera.

Si pudiésemos transformar a todos los "nini" que nos ha dejado algunos años de despreocupación social y decadencia económica en potenciales perfiles de interés para las empresas de software, servicios profesionales, audiovisual, tendremos una oportunidad histórica y el sector podría crecer más allá de los incentivos.

¿Qué sector podría crecer más a partir de la ley?

-Todas las proyecciones que realizamos fueron prepandemia pero no me atrevo a mencionar porque el mundo cambió. Por un tema de contexto, creo que las de software y servicios profesionales van a seguir en crecimiento y consolidación, y la pandemia dejó al sector de biotecnología expuesto muy a la expectativa de ser protagonistas. Hay más de 200 empresas de biotecnología en el país con especificidad en productos y servicios que son nichos que pueden ser aprovechados en exportaciones. Pueden ser actividades que nos puedan dar sorpresas.

Fuente: iprofesional

Te puede interesar
Lo más visto