El problema no son los dólares, sino quiénes lo fugan: Cómo y a dónde se va la divisa

Con más de dos años de superávit comercial récord en una década y compras netas de divisas por parte del Banco Central, el stock de reservas líquidas sigue comprometido.

Economía 13 de diciembre de 2021 Colaborador Colaborador
dolares

Este año se apresta a cerrar con ingreso neto de divisas, a partir de una balanza comercial que viró su tendencia y desde fines de 2019 pasó a ser positiva, con liquidación récord del sector agroexportador por mejora en los precios internacionales de los alimentos, arribo de reservas del Fondo Monetario por reasignación de Derechos Especiales de Giro (DEG), menor pago de intereses de deuda producto de la reestructuración de pasivos con acreedores privados del exterior y restricciones a la compra de dólares para atesoramiento y viajes al exterior. Sin embargo, los dólares siguen sin alcanzar. El stock de reservas no repunta. De hecho, la participación de reservas netas de libre disponibilidad se contrajo, lo que empuja a mayores controles. 

La pregunta que surge es ¿a dónde se van los dólares que ingresan al país? Los canales son variados, pero el listado incluye anticipos por importación para adelantarse a una devaluación, compras para pago de intereses entre empresas del mismo grupo, evasión y fuga en el comercio agropecuario, entre otros canales.

El ingreso de divisas acumulado de la agroexportación en los once meses del año alcanzó los 30.129 millones de dólares y enlaza varios meses de ingreso máximo en un siglo. La autoridad monetaria que conduce Miguel Pesce mantiene hasta el momento una posición compradora en el mercado de cambios en lo que va del año del orden de los 5500 millones de dólares. El balance comercial acumula a octubre unos 13.940 millones de dólares, la cifra más alta de la década. El canje de deuda redujo hasta 2023 en 34.000 millones de dólares los vencimientos. Sólo este año debía pagar 11.000 millones de dólares, mientras que hasta el 2023 enfrenta vencimientos totales por 6000 millones. Será clave el acuerdo con el FMI para los próximos años. 

Por su parte, el stock de reservas netas al último día de noviembre se ubicaron 6090 millones de dólares, de las cuales 541 millones son líquidas, 2027 millones en derechos especiales de giro del Fondo y 3522 millones en oro.

El ranking de fugadores
"Si a las reservas le restamos el swap con China, los encajes de depósitos (que se mantienen estables), el préstamo con Basilea (3700 millones), los adelantos de importadores (6000 millones), sigue faltando reservas y ahí aparecen los movimientos de flujo de divisas entre empresas", explica a El Destape Horacio Rovelli, economista e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

En medio de las turbulencias cambiarias de inicio de año, el Central verificó que los importadores habían acelerado la presentación de declaraciones juradas para hacerse de un stock de dólares que no se condecía con sus compras externas de productos y servicios. Tal como sucedió en la segunda mitad del 2020, volvieron a registrarse desde mayo operaciones de importadores que adelantan el pago de sus compras externas, lo que para el Central implicaba subsidiar la especulación con el tipo de cambio. 

La diferencia entre los adelantos de importación y los stock adquiridos se ubicaba entre un 15 y un 20 por ciento, que representa un sobregiro equivalente unos 2000 millones de dólares, como lo fue en el 2020. El Central cortó esa canilla obligando a los importadores a cursar los pedidos de compra de divisas a partir del despacho real a plaza de los bienes y servicios que adquiere. No obstante, este canal es el único sobre el que no se esperan mayores restricciones, dado que impactan en el ingreso de insumos y, por ende, en el nivel de actividad económica. "El sector real, excluyendo oleaginosas y cereales, fue comprador neto en el mercado de cambios con un total de 1495 millones de dólares en octubre. Las compras fueron destinadas principalmente a realizar pagos de importaciones de bienes y servicios, y a cancelar deuda financiera", detalla el último informe cambiario del BCRA. 

El otro canal por el que se iban las divisas es la compra minorista y por turismo al exterior, a partir de la relajación de las medidas de prevención frente al COVID-19. "La cuenta servicios registró en octubre un déficit de 595 millones de dólares en octubre, mostrando un incremento en los egresos netos de 7 por ciento con respecto a septiembre. Este resultado fue explicado principalmente por los egresos netos por fletes y seguros (344 millones) y viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta (265 millones)", destaca el relevamiento de la autoridad monetaria. Si bien los niveles de venta para viajes al exterior continúa en niveles por debajo de los observados históricamente hasta principios de 2020, el Central dispuso dejar de subsidiar los pasajes y servicios turísticos con destino en el exterior del país que se paguen con tarjeta.

En el caso de la salida de dólares por pago de fletes a empresas extranjeras, ya que no se aprovecha la mejora en el comercio externo para potenciar la industrial naval local, en los últimos diez años se registraron exportaciones de servicios de flete internacional por valor de 20.675 millones de dólares y se importaron por 43.596 millones de dólares. El saldo comercial acumulado fue deficitario por 22.921 millones de dólares. Después de los viajes al exterior es el segundo rubro más deficitario.

Otro rubro sensible de la salida de divisas son los pagos de intereses, pese a que a fines del año pasado se les exigió a las granes empresas que reestructuren sus pasivos en un sendero que permite un mejor acceso al mercado cambiario. "Son empresas que fugaron y se les vendió durante 23 meses el 100 por ciento de los dólares de la deuda que ellos dicen que tienen", señala Rovelli, ex director de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación.

En último informe sobre deuda privada, con datos al primer semestre del año, sostiene que hubo un aumento significativo de los pasivos de empresas por exportación de bienes, a partir de "un fuerte aumento de las ventas al exterior, explicado tanto por la gradual recuperación de la economía mundial a partir de la crisis sanitaria y económica que significó la pandemia". No obstante, este rubro representó apenas unos 7400 millones de dólares, lejos de los 42.000 millones que mantienen las empresas en deuda externa financiera, en muchos casos con sus casas matrices. 

El total de deuda externa del sector privado asciende a junio de este año a 80.237 millones de dólares, de los cuales 42.141 millones son financieras y 38.090 millones, comerciales. Si se analiza el movimiento de las divisas (¿de quién a quién?), el grueso de las operaciones fueron transferencias entre empresas del mismo grupo, con 33.440 millones de dólares (42 por ciento del total); seguido tenedores de deuda, con 15.636 millones (19 por ciento); "otras fuentes privadas", con 14.893 millones (19 por ciento); bancos privados y otras instituciones financieras, con 14.150 millones (18 por ciento) y fuentes oficiales, con apenas 2119 millones (3,5 por ciento). 

"En ese movimiento entre empresas está la clave. No puede ser que empresas del Grupo Arcor de Luis Pagani, que fugaron divisas, sigan comprando dólares al tipo de cambio oficial para pagar las deudas que tomaron durante el festival macrista", opinó Rovelli. El economista hace referencia al listado publicado por el periodista Horacio Verbitsky sobre las principales empresas que compraron dólares durante el macrismo. El total asciende a unos 55.735 millones de dólares entre 2015 y 2019.

En el listado aparecen empresas de la talla de Telecom, Telefónica, Pampa Energía, American Express, General Motors, Shell, Quilmes, Monsanto, Procter & Gamble, Aluar, Aceitera General Deheza, Arcor, Fiat, Dow, Siderar, Galicia Valores, Minera Argentina Gold, Edenor, Facebook y HSBC, entre las principales personas jurídicas. Sobre este universo sólo se "invitó" a reestructurar sus vencimientos y en el caso de los bancos se limitó la tenencia de liquidez en dólares. A esto se suma el giro de utilidades y rendimientos en dólares de sus accionistas.

Cómo dar vuelta la taba
En un informe realizado por los economistas del Banco Nación, Lorenzo Cassini, Javier Rameri y Martín Schorr, se analiza un conjunto de medidas que posibiliten avanzar en el diseño de una línea de financiamiento específico del banco para la promoción de procesos de sustitución competitiva de importaciones por producción local, con especial énfasis en las pequeñas y medianas empresas (pymes).

El documento resalta entre los principales instrumentos utilizados para la protección de la industria local a los aranceles a la importación, licencias de importación, subsidios a la producción, control del tipo de cambio y tasas de interés subsidiadas.

El trabajo distintos niveles de bienes industriales para los cuales existe masa crítica de producción nacional que ofrece potenciales oportunidades de sustitución de importaciones de corto y mediano plazo. En el caso de importación con alto nivel de sustitución, existe un potencial que permitiría un ahorro de 4823 millones de dólares, sumando 193 productos superavitarios y 270 deficitarios, lo cual representa el 8,27 por ciento de las importaciones totales de la manufactura. 

Si agregamos los 628 productos con índice de sustitución moderado, las importaciones con potencialidad sustitutiva alcanzan 11.987,23 millones de dólares, lo cual representa el 20,6 por ciento de las importaciones manufactureras. 

"Durante las etapas iniciales de producción de un nuevo bien, los costos domésticos pueden ser superiores a los de importación debido a que la forma de fabricación mejora conforme aumenta la producción acumulada (aprender haciendo). En un contexto de globalización donde existen países industrializados altamente productivos, la construcción de nuevas capacidades industriales requiere de políticas de protección de la industria local y amplia planificación", detalla el documento. 

Muchos de los productos con alto potencial sustitutivo se vinculan con la dependencia tecnológica. "La ampliación de fabricación doméstica en estos sectores es importante no sólo para eludir la restricción externa, sino también para la consolidación de una estructura productiva que permita el mejor aprovechamiento de las capacidades creativas locales. Algunos sectores involucrados son 'intensivos a escala' y destacan por su elevada productividad, tales como productos de caucho y plástico y material de transporte. Otros están 'basados en ciencia' y son clave para mejorar la competitividad del conjunto del entramado productivo local por su rol en la generación, uso y difusión de conocimiento, como productos químicos y farmacéuticos y máquinas y herramientas", concluye el trabajo de los economistas del BNA.

El segundo paso es regular que esa mejora no derive en mayor salida de capitales a posteriori. En ese caso, la decisión de flexibilizar el mercado cambiario para atraer inversiones puede ser contraproducente.

Esta semana el Gobierno dispuso una modificación al Régimen de Fomento de Inversiones para las Exportaciones establecido en el decreto 234/2021 que amplía los beneficios a inversiones superiores a los 500 millones de dólares y a los 1000 millones de dólares. Ahora las inversiones en moneda extranjera superiores a los 500 millones de dólares, quienes apliquen al régimen por cada año de espera acceden por dos años consecutivos al doble de porcentaje de divisas con tope del 40 por ciento de la inversión ingresada vía el mercado oficial anualmente.  Además, se incrementa al triple el beneficio respecto de aquellas inversiones superiores a los 1000 millones, con un tope anual del 60 por ciento de las divisas ingresadas.

Los dólares están, el problema sigue siendo dónde. 

Fuente: El Destape

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