Para Leo Bilanski “hay una mejora de las expectativas, pero hay que ser realistas”

Leo Bilanski, presidente de la Asociación de Empresarios Nacionales (ENAC), dialogó en el aire de Radio Gráfica con Gabriel Fernández sobre la intención del Ejecutivo de conformar un Consejo Económico y Social, que conglomere empresarios, sindicalistas y movimientos sociales. También hizo referencia a cómo impacta la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la economía y remarcó la importancia del Papa como “faro estratégico”.

El Poder Ejecutivo Nacional va a presentar ante la comunidad una convocatoria a Consejo Económico y Social. Te pregunto por dos vías. ¿Tenés idea de cual es el contenido de la convocatoria? y ¿Qué pensás que debería decir el presidente respecto a esta circunstancia?

-Se hizo una reunión preparatoria el 27 de diciembre en la cual participamos y firmamos un documento, donde el propio Poder Ejecutivo iba a presentar en el Congreso de la Nación un proyecto de creación de Consejo Económico y Social. Es decir, la institucionalización de una idea que tiene que ver con el diálogo tripartito entre el Estado, ámbito privado y empresarial y sindicatos, necesario para el entendimiento de un montón de políticas que hoy están en tensión, de intereses que están en contraposición. Eso se ve reflejado en la falta de efectividad de algunas medidas, como la administración los precios del harina y el azúcar que esquivan el rol activo que tiene el ministerio de Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), pero que son absolutamente necesarias para las mesas de los argentinos. Eso tiene que ver con sectores que no quieren ceder rentabilidades o dominio económico. Nosotros creemos que se tiene que transparentar en esa mesa. Si hay acuerdo, mejor. Y sino el Estado va a tener que hacer lo que tenga que hacer. Lo más importante es que queden transparentados intereses y voluntades de cada sector para sacar el país adelante. El presidente va a poner en la mesa en la Cámara, ante todos los diputados y senadores. La voluntad del Poder Ejecutivo de avanzar en este proyecto como también en el de la Ley de góndolas, que es otra iniciativa que está frenándose a partir del lobby de los supermercados y los monopolios industriales y comerciales que hay en Argentina.

¿En ese Consejo estarán integrados aquellos sectores concentrados de la economía que, de cierto modo, han lucrado los últimos 4 años?

-La mesa, como dijo Alberto Fernández, no es para los que vienen de algún lado, sino para los que quieran hacer una Argentina para todos. En la reunión preparatoria los únicos que no vinieron fueron las agrupaciones del campo y las asociaciones de bancos que estaban invitadas. Tendrán cola de paja, y por lo cual no dan la cara con sus colegas. Al mismo tiempo habían entidades como la UIA (Unión Industrial Argentina) que es una agrupación filo macrista. El restante 95% de las entidades que se sentaron en esa mesa, exceptuando dos o tres, fueron todas organizaciones facilitadoras de las políticas de Mauricio Macri. No hay un sesgo ideológico en el Consejo Económico y Social. El que quiere participar, va a participar. Nosotros tenemos la posición política de que si las entidades no quieren participar, que participen las empresas. Mientras más amplio y plural sea este espacio, mejor para la sociedad. Acá no se trata de hacer un favor para las organizaciones. Hay que hacer una mesa para diseñar políticas para los ciudadanos. Hay un esquema de instituciones que tratan de sostenerse a sí mismas con financiamiento espurio, que buscan ser siempre interlocutores entre los privados y el Estado. La verdad es que son las instituciones que nos han llevado al fracaso entre el 2016 y el 2019, con la destrucción de 25 mil empresas. No es para fortalecer el circo de las organizaciones intermediarias el esquema del Consejo Económico y Social. Al menos así lo ve nuestra asociación, que estos últimos cuatro años ha diagnosticado de fondo los ejes que Argentina tiene que mejorar para sacar el país adelante. Un tema fundamental es la transparencia de las instituciones y en particular las empresarias.

“Hay una mejora en las expectativas, pero hay que ser realista. No hay que pedir milagros en 60 días”

Yo sé que es pronto para un diagnóstico. Pero tenemos algunos datos que hablan del “inicio del freno” de la caída económica. ¿Es posible hablar de eso o todavía no se registran indicadores?.

-Nuestra mirada es que están tomando todas las medidas que les pedimos, y eso es algo positivo. Pero la evaluación habrá que hacerla al finalizar el primer trimestre. Es muy prematuro hablar a los 60 días del freno de la caída. Nosotros queremos evaluar con una ventana más o menos razonable, que es un trimestre, el efecto de las medidas. Son medidas que llevan tiempo, la moratoria PyME se puso en marcha hace 3 días luego de reglamentada. Pero va a llevarle 1 mes y medio o dos meses a todas las PyMES inscribirse. Aunque se vea que hay un cambio de expectativas en la economía, hay que ser muy mesurados al hablar de reactivación de la economía o freno de la caída. De hecho, en una encuesta que hicimos a más de mil empresarios, la expectativa inflacionaria es del 42%. Pero hay una mejora prevista, porque el trimestre pasado esos mismos empresarios tenían una expectativa inflacionaria del 54%. Hay una mejora en las expectativas, pero hay que ser realista. No hay que pedir milagros en 60 días. El gobierno de Macri estuvo 4 años trabajando para destruir el país. Va a llevar tiempo. La reactivación de la economía va a tardar un año más

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¿Qué influencia sobre la economía nacional le asignás a la resolución del tema “deuda”?

-Va a ser el punto de inflexión, donde uno va a poder decir “ahora, a partir de acá, se frena la caída”. El gobierno de Alberto Fernández tiene herramientas limitadas, producto de que tiene que negociar en el frente externo con acreedores y con el Fondo Monetario Internacional. Cada medida que tome lo van a acusar de populista, o de ajustador, conservados o no sé qué. (Martín) Guzmán va administrando bien la macroeconomía y el esquema de relación con el FMI, que ya dijo que la deuda es insostenible. Falta que los acreedores tengan consenso en ese tema y que negociemos una quita y, tal vez, una prolongación de los plazos. Pero, en síntesis, tiene que ver con hacer un hito, para que el gobierno pueda tomar medidas económicas soberanas.

¿Por que no podemos emitir?

-En un esquema de negociación con múltiples frentes, una medida así puede ser contraproducente. Me saco el sombrero porque, en 60 días, Martín Guzmán está logrando efectos en el plano externo que eran impensados hasta hace poco. El FMI fue el principal financista de la campaña de Mauricio Macri, entonces que ahora reconozca que la deuda es insostenible es un mea culpa que va a hacer daño dentro del Fondo Monetario en el mediano plazo.

El Papa ha tenido algo que ver apoyando la gestión Argentina…

-El Papa es un faro estratégico, no sólo para Argentina, sino para el mundo. Denuncia y destaca permanentemente que tenemos que cambiar el modelo de economía, que gira alrededor de los bancos, y hacerlo girar alrededor de los seres humanos. La economía del descarte, la economía del desprecio del ecosistema en el que vivimos, tiene que ver con un modelo que Francisco lo denomina “caduco”. Por eso convoca a pensar una nueva economía global, a partir del encuentro que va a llevarse a cabo el 26 de marzo en San Francisco de Asís. Es un faro espiritual y conceptual y de sentido común para todos los habitantes del planeta. Cuando uno ve que la riqueza está concentrada en tan pocas manos, uno se pregunta ‘¿para qué se inventó el capitalismo?’. Argentina es el ejemplo más claro de cómo el sistema financiero internacional pisotea una Nación a lo largo de 4 años y deja todo en ruinas, y creen que no tiene consecuencias. Lo que dice el Papa Francisco es ‘el que rompe la economía, que se haga cargo de sus responsabilidades’ y eso es algo que hace varias décadas que no se ve. Acá lo bueno es que la sociedad ha recapacitado y ha votado un proyecto de crecimiento y de trabajo y producción al elegirlo a Alberto Fernández. También habla de que la sociedad argentina tiene una cuota importante de sentido común, que no se ha embarcado más de 4 años en un proyecto de destrucción del aparato productivo nacional.

Fuente: Radio Gráfica