Grave: Denuncian que CABA compró barbijos a una sociedad fantasma

La Inspección General de Justicia (IGJ) sostiene que una empresa que ganó contratos por US$330.903 con el Ministerio de Salud porteño sería una fachada interpuesta para ocultar a los verdaderos ganadores del negocio. La Ciudad dice que calificaba como proveedor.

Política 05 de octubre de 2020 Colaborador Colaborador
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La Inspección General de Justicia (IGJ) resolvió declarar a uno de los proveedores de barbijos del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como “sociedad de actividad ilícita” y ordenó solicitar judicialmente su disolución y liquidación, según el documento oficial al que accedió PERFIL. Se trata de la empresa Grupo DVU SAS, adjudicada con dos compras directas de 210 mil barbijos tricapa por $22.630.000, equivalentes a US$330.903 (al valor del dólar oficial al momento de las transacciones), según las publicaciones del Boletín Oficial porteño. Para el organismo fiscalizador, la empresa sería una fachada para ocultar a los verdaderos ganadores del contrato, según la resolución.  

Entre marzo y junio, el gobierno porteño adquirió al menos 15 millones de barbijos tricapa por $713.472.200 (US$11.087.224), según una investigación de Perfil y el Programa Lupa. Estos tapabocas están destinados a prevenir el contagio de COVID-19 en el personal de los hospitales.  

El barbijo tricapa más costoso fue el adquirido a Grupo DVU SAS, que actuó como intermediaria, ya que no fabricó los barbijos que entregó. La empresa ofertó $108 la unidad (alrededor de US$1,60, al momento de la compra). 

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Compras cuestionadas

El inspector general de Justicia, Ricardo Nissen, argumentó que esta empresa ganó un contrato millonario con la Ciudad en plena pandemia pero carecía “de actividad a partir de su inscripción”, en julio de 2018, y la calificó como una “sociedad fantasma”, “carente de responsabilidad patrimonial y capacidad económica propia para una operación como la celebrada” con el ministerio de Salud de la Ciudad.  

Grupo DVU había informado que su capital social inicial era de apenas $19.000. Pero el negocio con la Ciudad le permitió cobrar de manera directa $22.630.000. Nissen sostuvo que su sospecha es que se trataría de una empresa “interpuesta para la ocasión como una máscara para que personas que no podían o no deseaban ser adjudicatarios, fuera por la razones de vinculaciones con el poder público contratante y/o de otra índole”.

Este medio intentó contactarse con la compañía, pero esta no tiene página web y no publica sus teléfonos en guía. Tampoco sus titulares. En su domicilio legal, un departamento en el barrio de Flores, tampoco se encontró a nadie. La IGJ intentó notificar a la compañía el 5 de agosto pero en el domicilio legal respondieron que no conocían a la empresa, según consta en la resolución del organismo.

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La IGJ debe fiscalizar a las sociedades comerciales con domicilio en la Ciudad. No tiene poder para disolverlas pero puede solicitarlo ante un juez del fuero Comercial, que, en este caso, analizará las pruebas presentadas por el organismo y decidirá en un juicio si corresponde disolver a Grupo DVU SAS, informaron en la IGJ. La sociedad fue inscripta en la modalidad de “Sociedad por Acciones Simplificadas” (SAS), un método para crear empresas en 24 horas que habilitó el macrismo.

Respuesta porteña

Ante reiteradas consultas de PERFIL por la compra de barbijos y la elección de los proveedores, en el Ministerio de Salud de la Ciudad siempre informaron que no había preferencias de empresas para que sean sus proveedores y que éstas sólo necesitan reunir los requisitos que lo cataloguen como apto para ser contratado por el Estado, como, por ejemplo, que esté inscripto como contribuyente de IVA e ingresos brutos y que tenga un objeto social que le permita comercializar esos bienes.

Estos requisitos, admitieron, favorecen que el Estado contrate a empresas intermediarias que muchas veces encarecen los costos del insumo. “En ocasiones, las empresas optan por no comercializar directamente sus insumos, y hacerlo a través de droguerías o firmas creadas a tal efecto”, respondió la cartera sobre los intermediarios.

La Ciudad agregó que para abastecer a los servicios de salud correctamente de barbijos tricapa se debieron hacer compras internacionales, directas o a través de organismos de cooperación internacional según la mejor opción disponible en ese momento.

Fuente: Perfil

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