La UIA aceptó la rendición incondicional

Rodeado, el presidente de la Unión Industrial Argentina Miguel Acevedo aceptó la rendición incondicional y retomó la agenda del cambio. No hubo necesidad de la presencia del Presidente Macri.

Política - Industria 12 de marzo de 2018 Editor Editor
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Marcos Peña y Francisco Cabrera con la UIA entrada

EDITORIAL

La Unión Industrial Argentina - UIA - venía de fracaso en fracaso. Desde el desaire al Presidente Macri con la firma del acuerdo anti despidos hasta la falta de lluvia de inversiones en los primeros, y difíciles, meses del arranque de la gestión de la Alianza Cambiemos.

Ni hablar de las mesas de diálogo tripartido con el Gobierno y la CGT que terminaron en un papelón tras otro.

Con Miguel Acevedo, hombre de la poderosa aceitera AGD, como Presidente de la nueva conducción de los industriales se empezó a gestar la operación clamor para volver a la mesa de diálogo, lobby, permanente entre los industriales y los CEOS con sede en los diferentes Ministerios del Gobierno Nacional. 

Acevedo fué sutil, levantó la bandera pyme, convocó a sus filiales bonaerenses de UIPBA y ADIBA, luego fue a Santa Fe a reunirse con FISFE y a Córdoba con la UIC. Era cantado que volvería con un rosario de reclamos y con decenas de medios expresando en letra de moldes lo que los industriales pymes sufren en carne propia: apertura irrestricta de las importaciones, tarifazos por doquier, descontrol del sistema impositivo, créditos usurarios, caída del mercado interno, volatilidad y retraso del tipo de cambio.

La jugada estaba planificada, armar un "ejército de terracota pyme" le permitiría a Acevedo fortalecer el canal de diálogo entre el sector y el Gobierno en un año donde la actividad industrial promedio el 60% de su capacidad y que perdió 19.300 puestos de trabajo. Prometer el control de la tropa propia siempre fue algo que a la UIA le dió buenos frutos de negociación pero esta vez salió mal.

En paralelo a esta patriada "Acevedista" el Vasco De Mendiguren disparó con todo lo que tenía por los medios. Sabiendo que su voz impacta en la opinión pública recorrió radios y programas de televisión de izquierda a derecha, ida y vuelta, de arriba abajo apuntando a un solo blanco, al Gobierno Nacional. Detrás de él la ENAC y APYME reforzaron. El "desencapsulado" fue la gota que rebalsó el vaso.

Cabrera, con el aval de Macri, redobló la apuesta una y otra vez en los medios. Envalentonado por los focus groups, obviamente no por los pésimos resultados de su gestión, olfateo un oponente débil como Acevedo y castigó duramente a los industriales al punto de tildarlos de "llorones" expresión que quedará para la posteridad.

El punto de mayor intensidad fue el "castigo" en público que recibió José Urtubey en "Animales Sueltos". En esa ocasión Cabrera lo "atendió" por el Whatsapp del periodista Maximiliano Montenegro que oficiaba de vocero "al aire" del Ministro.

En 10 días el castillo de naipes que le llevó meses construir a Acevedo se derrumbó, levantó bandera blanca y pactó una tregua con los CEOS. 


Lo cierto es que Marcos Peña y Francisco Cabrera recibieron a Miguel Acevedo, a Luis Betnaza y a Daniel Funes de Rioja, casi que podría afirmarse que por la UIA fue solo Acevedo. Peña ya se había reunido con Paolo Rocca, el jefe de Betnaza, y Funes de Rioja es el designado por le Gobierno al frente del B20. 

En síntesis, la rendición fue incondicional. Ni siquiera el Presidente Macri tuvo que "hacer fuerza" para que la UIA retoma la "agenda del cambio" propuesta por el Gobierno Nacional. Rodeado, Acevedo acordó con los CEOS. Ni siquiera se habló del costo del financiamiento de las empresas. ¿Se habrán sentido usadas las industrias pymes afiliadas a la UIA?.

La reunión 

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Trajimos los pañuelos, pero no hicieron falta", bromeó Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), al término del encuentro en Casa Rosada. Fue el corolario al duelo verbal que inició Cabrera hace diez días en Mendoza, cuando les reclamó que "generen una agenda serie, se dejen de llorar, se pongan a invertir y a competir".

La foto distendida del encuentro sirvió para "bajar los decibeles", dijo Acevedo. En la imagen, que distribuyó Presidencia, él, Daniel Funes de Rioja (Copal), Luis Betnaza, Peña y Cabrera ríen con ganas. El titular de la central fabril que nuclea a distintos sectores con realidades muy disímiles destacó que "la reunión sirvió para limar asperezas", fue "muy buena" y dará lugar a una agenda de trabajo. Pero remarcó: "El Gobierno sabe cuál es el costo argentino y lo que hay detrás".

-¿Qué evaluación hizo del encuentro?

-Fue una buena reunión. Fue larga. No pensé que iban a ser más de 40 minutos y duró más de una hora. La expectativa nuestra era bajar los decibeles. Ver qué había pasado, las molestias de un lado y del otro. No fueron temas sectoriales o de tipo de cambio, de lo que sea, sino hablar de qué estamos viendo nosotros, cuáles son las preocupaciones, y que ellos digan también cómo ven la relación con nosotros. Por eso, las conclusiones fueron muy buenas. Fue una reunión para limar las asperezas y también para ver cómo trabajar a futuro. El Gobierno sabe cuál es el costo argentino, lo que hay detrás.

-¿En qué se avanzó?

-Trabajaremos en mesas sectoriales. Algunas se habían hecho. El tema pyme es muy importante, para ver la cadena de valor, dónde están los problemas y después qué tipos de soluciones se pueden dar a esos problemas.

-¿Qué mesas sectoriales?

-Estuvimos viendo algunas que ya están, como las de la madera y el calzado. Allí se agregarán algunos participantes a esas mesas. Y va a haber nuevas. Se quedó en hacer una lista de las que se podrían llegar a trabajar. Por supuesto, la de textiles y otras que ahora tienen problemas de productividad.

-¿Tuvieron respuesta al reclamo por el impacto de las importaciones?

-Se habló de comercio exterior. Es muy específico, pero se tocó la relación con el INTI y el SENASA, que son entidades en las que están trabajando para re organizarlas, para que puedan ser más efectivas, porque tienen muy buenos profesionales pero tienen que apoyar a las empresas para que, cuando uno salga a exportar, ellos puedan certificar la calidad de nuestros productos y, cuando se importa, ellos puedan decir si (la calidad) está en los niveles que debe estar o no. Son aportes para los dos lados. También tuvimos, en lo que es Mercosur - Unión Europea, lo de la apertura inteligente. Ahí también dijimos que teníamos que salir a ganar mercados, reconquistar mercados externos, porque estuvimos mucho tiempo afuera. Y eso, de vuelta, hay que hacerlo en conjunto. Que te vuelvan a creer, eso tiene que hacerse junto al Gobierno.

-Sobre la manera en que se negocia el tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, sectores industriales habían puesto reparos.

-Es uno de los puntos en que quedamos en trabajarlos más, justamente para que no haya reparos. Hemos hablado de todos los temas en los que teníamos sensibilidades.

-Otro tema que suelen remarcar es el alto costo del financiamiento.

-No se discutió sobre ese tema, pero sí se habló de que ya hay decisiones, como la de bajar las líneas de financiamiento productivo del Banco Central a través de los bancos (que se irán reduciendo gradualmente hasta fin de año). Eso se va a reemplazar con Banco Nación y BICE (el Banco de Inversión y Comercio Exterior). Son temas que se van a seguir discutiendo. Podemos tener diferencias, pero el tema de la tasa de interés es uno de los temas que están ahí para arreglarse. Es muy difícil financiarse a estas tasas.

-¿O sea que el Banco Nación y el BICE van a tener un rol más protagónico?

-Sí, el BICE y el Banco Nación tendrán un rol más protagónico.

Fuente: propia / TN

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