Los empresarios se oponen al aumento de salarios que le habían prometido a la CGT

Plantean que por la caída de las ventas no pueden afrontar mayores costos. Advierten que entre enero y diciembre tienen que pagar aguinaldos y vacaciones. Rechazan decisión unilateral.

Economía25 de noviembre de 2019ColaboradorColaborador
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Los empresarios están lejos de avalar una suba de salarios del 20% al estilo de lo que le propuso la semana pasada Claudio Moroni, mencionado como futuro ministro de Trabajo, a los principales dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT). La Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara de Comercio (CAC) y la Confederación General Económica (CGE) manifestaron su desacuerdo con la medida.

La idea del posible funcionario es iniciar la administración de Alberto Fernández desde el 10 de diciembre con un fuerte aumento de sueldos, pero desde el punto de vista de las empresas cae en el peor momento del año.

Las compañías soportan una fuerte caída de las ventas, que se profundizó después de la devaluación de agosto. Pero además tienen que enfrentar el pago de aguinaldos y para muchas, las vacaciones de personal. En conclusión: diciembre no es un “mes común” dicen las directivos, que tienen que conseguir más efectivo de lo habitual para enfrentar los compromisos salariales. Para las pymes sería inviable afrontar el mayor costo.

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En la Unión Industrial Argentina (UIA), que este jueves celebra su 25 Conferencia Industrial con la visita del presidente saliente, Mauricio Macri, y del entrante, Alberto Fernández, ni siquiera creen que sea cierto lo prometido por Moroni a los sindicalistas. El encuentro de esa semana en Parque Norte les va a servir para transmitirle su posición al próximo primer mandatario. Según indicó el titular de la central fabril, Miguel Acevedo, el próximo titular de la cartera laboral “no convocó” al sector patronal para analizar las posibilidades que tiene el sector privado de afrontar un compromiso de ese tipo. La idea de Moroni funcionaría como un “contracolchón” de precios, para enfrentar el supuesto “colchón” que hicieron las empresas en estos meses para reforzarse ante la idea de pasar a un acuerdo por 180 días de congelamiento de ambas variables. José Urtubey, uno de los dirigentes de la entidad advirtió que “hay muchas pymes que están luchando por subsistir y no tienen la posibilidad de afrontar un bono ya que “la política industrial de este gobierno ha dejado un entramado muy dañado”.

Para la Cámara de Comercio (CAC), cuyo convenio abarca a 1 millón de empleados, no son las mejores circunstancias para aplicar la iniciativa de Moroni. No obstante ya tienen previsto un incremento de salarios, apenas unos días después de asumido el próximo gobierno. “Firmamos una paritaria en abril pasado con una cláusula de revisión en enero”, recordó Natalio Grinman, el secretario general de la CAC, quien advirtió que “cualquier decisión unilateral no es buena” aunque no descartó que “se pueda conversar y ver qué se puede hacer”.

En la reflotada Confederación General Económica (CGE), entidad que suele ponerse en marcha cuando asume un gobierno peronista, tampoco avalan la idea de Moroni, pero no quiere aparecer como confabuladores contra la misma. Así contraofertan “volcar los aportes patronales del medio aguinaldo y las vacaciones para transformarlo en una recomposición salarial para los trabajadores, refinanciando ese aporte a lo largo del año con el acompañamiento del Estado”. Marcelo Fernández, titular de la Confederación General Empresaria (CGERA) explicó que su propuesta “ya fue dialogada en conversaciones preliminares con dirigentes de la CGT”. Sería una reedición del bono de $2000 que otorgó el gobierno en octubre y septiembre, luego de la devaluación de agosto, cuyo financiamiento corrió por cuenta del Estado, aunque con otro valor.

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