Lecciones a distancia para el ministro Guzmán y el tarifazo

Mientras se encontraba negociando con el FMI y Kristalina Georgieva, acá resuena cada vez más el incremento de las tarifas y lo que se viene. Por Alejandro Bercovich

Política - Opinión 26 de marzo de 2021 Colaborador Colaborador
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Que el Fondo Monetario haya vuelto a blasfemar contra la ortodoxia económica en el comunicado con el cual despidió a Martín Guzmán tras su visita a Washington es todo un triunfo teórico para el discípulo de Joe Stiglitz. Que el texto admita que la inflación es "un fenómeno multicausal" y que reducirla requiere "esfuerzos de coordinación para ayudar a anclar las expectativas" avala incluso las multas que impuso la Secretaría de Comercio a grandes empresas que especulan con sus stocks, tal como lo había hecho la semana pasada otro paper donde el FMI advirtió que la pandemia podría incrementar el "poder de mercado" de ciertas compañías para remarcar. Pero las lecciones de la semana para el más estudioso del gabinete no fueron teóricas sino prácticas. Las impartió a la distancia Cristina Fernández de Kirchner y no solo en el discurso donde fulminó a quienes en ese mismo momento se sentaban a negociar con el jefe del Palacio de Hacienda.

El establishment procura dilucidar si el discurso de la vicepresidenta en Las Flores fue una jugada preparada o una amonestación. Si el Gobierno juega al policía bueno-policía malo o si la accionista mayoritaria de la coalición decidió finalmente ocupar el directorio. Para entenderlo conviene prestar más atención a una pulseada a punto de definirse: cuánto aumentarán desde abril las tarifas de luz y gas, una contracara del ajuste fiscal que propuso Guzmán en el Presupuesto 2021 que interesa especialmente al Fondo Monetario porque los subsidios para contenerlas ya insumen un 1,7% del PBI.

cristina kirchner"A los que apoyaron la dictadura no les pasó nada y terminaron más ricos" Cristina Fernández

La discusión tuvo un punto de inflexión un mes atrás, el 19 de febrero, cuando Axel Kicillof volvió al que fuera su despacho como ministro durante el último gobierno de Cristina, esta vez para una visita secreta y fugaz. Guzmán lo recibió junto al secretario de Energía, el neuquino Darío Martínez. Fueron también los dos "Fedes", Basualdo y Bernal, delegados directos de la vicepresidenta que controlan respectivamente el Ente Regulador de la Electricidad (ENRE) y el Ente Regulador del Gas (Enargas), empoderados por decreto pocos días antes de Navidad para llevar adelante la Revisión Tarifaria Integral (RTI) de ambos servicios.

El gobernador fue al grano. "Si aumentamos así las tarifas de Edenor y Edesur me prenden fuego la provincia", soltó. Guzmán todavía insistía en no pagar un solo peso más que el año pasado en subsidios, lo cual exigía incrementar las facturas a la par de la inflación proyectada en el Presupuesto, alrededor de un 30%. El tiempo perdido entre el reemplazo del rocambolesco Sergio Lanziani y el traslado del área energética de la cartera de Matías Kulfas a la de Guzmán ya obligaba a descartar la propuesta de Martínez de segmentar los aumentos según el poder adquisitivo del usuario.

En esa reunión, según confirmaron dos de los presentes a BAE Negocios, el jefe del Palacio de Hacienda admitió que las del Presupuesto eran "metas teóricas" y que la partida de subsidios podía ampliarse porque la planilla de ingresos y gastos redactada en septiembre proyectaba una caída mayor que la finalmente registrada en 2020 y también un rebote menor este año. Como el 1,7% de un PBI mayor es más plata que el mismo porcentaje de un PBI menor, había margen para doblar sin romper. El problema es que después, Guzmán volvió a la carga internamente con la necesidad de recortar esa partida y lo hizo a caballo de las exigencias del FMI para refinanciar la deuda.


Ahí llegó la orden de Cristina, casi un guiño leninista aunque nunca haya elegido Moscú para vacacionar: todo el poder a los Fedes. Ayer Basualdo terminó de descartar la segmentación en una entrevista con Radio Con Vos y habló de aumentos tarifarios "que no afecten la recuperación económica ni el poder adquisitivo de los trabajadores". Puntualmente mencionó incrementos de "un 7%, un 9% o un 15%". Y por si quedaban dudas, aclaró: "Nuestra hoja de ruta es, además del Presupuesto, nuestra plataforma electoral, donde planteamos la necesidad de modificar la política tarifaria de Macri".

Hacete amigo del juez
La definición tiene como antecedente otra reunión, tampoco difundida hasta ahora, que encabezó en Olivos el propio Fernández. Fue a fines de enero y estaban también Guzmán, Martínez, los dos Fedes y Soledad Manin, la interventora formal del ENRE. El ministro de Economía todavía proponía subas por encima de la inflación para apurar el recorte de subsidios. Terció el Presidente.

-¡Pero Martín, así perdemos las elecciones! ¡Macri perdió por los tarifazos!

-Macri perdió por la devaluación -se animó a replicar en voz baja.

-¡No! ¡Perdió por los tarifazos!

Según el flujo de fondos que presentó Edenor para las audiencias públicas de distribución eléctrica convocadas para lunes y martes próximos, el aumento debería ser de un 28% promedio para los residenciales y del 31% para el promedio de todos los clientes. Más del doble de lo que dijo ayer el subsecretario. Es algo decisivo para la venta de la distribuidora a José Luis Manzano y Mauricio Filiberti, que ya aprobó el grupo Pampa de Marcelo Mindlin pero que ahora empieza a inquietar al antiguo pupilo de George Soros. ¿Y si los compradores no tienen la plata que ofrecieron?

Mindlin fue a ver a Alberto Fernández antes de cerrar ese deal, al que todavía le faltan las efectividades conducentes. Aprovechó para manifestarle su desagrado ante la reglamentación del Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas que impulsó Máximo Kirchner en el Congreso, pero también para aclararle que no haría juicio para evitar pagarlo. Hasta esta semana, de hecho, solo había seis recursos de amparo presentados ante la Justicia por los casi 13.000 alcanzados por el tributo. Estudios como Lisicki & Litvin, que incluso organizaron tours por countries y barrios cerrados para compartir con sus habitantes estrategias para eludir su pago, recomendaron esperar al vencimiento de la semana que viene para litigar.

Por eso sorprendió tanto en el propio círculo rojo la cautelar que obtuvo Alejandro Scannapieco, un alto ejecutivo de Globant que durante muchos años fue su gerente financiero y antes trabajó para JP Morgan, Microsoft y el estudio Ernst&Young. La jueza Cecilia Gilardi Madariaga de Negre ordenó que la AFIP no le cobre el impuesto al empresario durante 3 meses. Al día siguiente eximió a otro de los demandantes, después que un juez de Bell Ville rechazara un tercer amparo de un corredor de campos.

Dos curiosidades. Una: la jueza Gilardi Madariaga de Negre, del fuero contencioso administrativo, es la misma a la que ayer la jueza federal María Servini le ordenó que reserve las identidades de decenas de espías de la AFI que expuso sin querer al publicar el contenido de una demanda de tres exempleados que reclamaban una indemnización al Estado. Un blooper similar al del año pasado en Lomas de Zamora. La otra: los que más festejaron la repercusión que tuvo el amparo de Scannapieco fueron las competidoras locales de Globant. Su timing no pudo ser peor: se supo justo el mismo día que se reglamentó la Ley de Economía del Conocimiento, que renueva para las firmas del sector las jugosas rebajas de aportes patronales (del 60 al 70%) que ya tenían desde hace más de una década por la Ley de Software.

Salvavidas de plomo
En Economía celebran como un gol que Kristalina Georgieva haya comunicado justo en la semana de la visita de Guzmán la emisión extraordinaria de Derechos Especiales de Giro (DEG) que repartirá entre sus socios para paliar los efectos de la pandemia. Serían 3.052,6 millones de DEGs, equivalentes a U$S 4.354 millones. "Es un salvavidas", dicen cerca de Guzmán. Pero el monto no alcanza ni para los vencimientos de este año con el propio FMI y con el Club de París. Ante el Fondo vencen U$S 3.735 millones entre septiembre y diciembre. Con el Club, en mayo, U$S 1.900 millones más intereses. Los que deciden si refinanciar o no ambas deudas son los mismos: los gobiernos del G-7.

Pese al comunicado del Fondo que llevó alivio ayer a la City sobre el final de la rueda bursátil, su vocero Gerry Rice advirtió que el Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, en inglés) prevé que "los desembolsos se repaguen en un período de 4 y medio a 10 años" y que "esas condiciones se aplican en forma uniforme, no solo para la Argentina". También descartó cualquier rebaja de intereses. El comunicado, además, no hizo énfasis en las facilidades de pago que podría otorgar el organismo sino en el "programa macroeconómico sustentable" que debe encarar la Argentina.

En Olivos piden cautela y aseguran que todavía puede haber un acuerdo después de las elecciones de octubre, sobre la hora, que evite malgastar esos DEGs en cancelar deuda vieja. Se aferran de un dato: que el Banco Mundial haya decidido ampliar en U$S 2.000 millones su asistencia al país este año. Como son instituciones hermanas, juran que si estuviera todo roto con el FMI, el Banco no avanzaría en nuevos préstamos.

"Al lado de los 45 billion que le debemos al Fondo todo parece poco, pero creéme que esos 2 billion, con la preocupación que hay por los países más pobres, son muy positivos", dijo a este diario un miembro de la delegación que pasó esta semana en el DC. También descartó que haya habido una doble intención en la oración final del comunicado del Banco, que llama a no malgastar en "subsidios energéticos regresivos". "Es la posición standard, tradicional y general del Banco sobre los subsidios a la energía, lo dicen siempre y a todos", agregó la fuente. Pero las inquinas en Buenos Aires persisten. ¿Y si lo coló Georgieva? ¿Y si lo mechó a pedido de algún argentino?

Habrá que esperar las próximas lecciones prácticas. Por lo pronto, si lo sabía, la vicepresidenta omitió un dato en su discurso de Las Flores que podría haberlo hecho retumbar aún más. Lo cuenta Noemí Brenta en su imprescindible "Historia de las relaciones entre Argentina y el FMI" (Eudeba). No solo Estados Unidos, su accionista principal, sabía de antemano del golpe de 1976. En un memorandum que remitió a Washington el 11 de marzo de 1976 la misión que había fletado el Fondo a la Argentina, sus enviados recomendaron frenar todo desembolso para el gobierno de Isabel Perón. "Los militares están permitiendo que la situación se continúe deteriorando. Sin embargo, hay rumores diarios de que actuarán pronto", advirtieron. Dicho y hecho. La plata apareció a principios de abril, pero para la Junta Militar.

Fuente: BAE Negocios

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